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Leyenda Horda de Hierro

Esta leyenda corre de boca en boca por todos los Clanes del GPLP. Sin conocer qué hay de verdad en ella y qué no lo es. Si crees poseer coraje suficiente para conocer la verdad... adéntrate en los misterios de la Oscuridad. Si no es así... recuerda que fuiste advertido... La decisión final te pertenece...


Relato Hablado


Nos encontramos en Azeroth, lugar de origen de todas las razas. En el año 666 de la Era de la Luna Negra, todas las razas estaban confinadas a vivir en Kalimdor, lugar que hasta ahora les veía nacer, crecer y morir. Sin embargo, esto llegaba a su fin.

Las razas, hartas de luchar entre sí, sin orden alguno y sin nadie que los gobierne, comienzan a agruparse en pequeños grupos. Sin embargo, estos grupos no colmaban las ansias de dominio y poder de los grandes guerreros, cuya meta apuntaba más lejos que la victoria de una simple batalla.

La Era de los Clanes había llegado. Los más experimentados guerreros comenzaron a erigirse líderes de estos pequeños grupos y amplían el número de sus miembros. Más tarde, hartos de vagar por las tierras de Kalimdor empezaron a asentarse en diferentes dominios con el propósito de establecerse en un lugar para vivir. Eran momentos de paz, las batallas cesaron y los Clanes se limitaron a aumentar en número y riquezas. La tranquilidad reinaba en la tierra de Kalimdor y en todo Azeroth.

Se formaron numerosos clanes y los más grandes comenzaron a absorber a los más pequeños. Los que no eran absorbidos desaparecían sin dejar rastro. Llegaba una época en la que los Clanes comenzaban a medir sus fuerzas, sin embargo no eran batallas lo que se producía, sino que se media su inteligencia en el combate. De estos surgieron los Clanes de renombre.

Fuera de Kalimdor, en los Dominios Prohibidos de Azeroth, Tierra de los Dioses, comenzaba a percibirse una cierta intranquilidad, pues los Clanes, en sus ansias de imponerse a otros Clanes rivales, comenzaron a poseer un poder cada vez mayor sobre los territorios en los que se asentaban y acercándose peligrosamente a los dominios de los Dioses.

Los Clanes se habían hecho muy poderosos y podian intentar hacerles frente.

Los Dioses convocaron numerosos asambleas, pero en ellas no se producía ningún acuerdo. Los Dioses del Bien estaban confiados en el buen juicio de los mortales. Sin embargo, los Dioses del Mal apelaban a la violencia como forma de advertencia y escarmiento a la osadía de los Mortales.

El Rey y Dios Todopoderoso tomo la decisión de enviar un cierto número de Caballeros Celestiales para advertir a los mortales, de forma pacífica. Cuatros Dioses de la Luz y uno de la Oscuridad fueron los enviados hasta Kalimdor, hasta mas allá de los dominios de los Dioses.

Los clanes advirtieron la llegada de los cinco Caballeros Divinos. Los Lideres de los Clanes ser reunieron para tomar la decisión más importante en la Historia de Kalimdor, los cuales una vez mas... se equivocarían...

Los Mortales atacaron sin piedad a los cinco Dioses, sin darles tiempo a transmitir su advertencia. Los cinco Dioses fueron cogidos desprevenidos y cuatro de ellos cayeron en la batalla. Solo uno volvió con vida, "Trival" era su nombre y Oscura su alma.

Los Dioses volvieron a reunirse en asambleas, pero seguían sin ponerse de acuerdo. Fue entonces cuando Trival desplegó su cólera y seguido por ocho Dioses Oscuros, arrasaron la asamblea y mataron al Dios Todopoderoso.

La Era de las Tinieblas, Sangre y Muerte, acababa de comenzar y nunca más terminaría. Trival y sus ocho seguidores, arrasaron todo Azeroth, eliminando a todo aquel que se opusiera a su poder. Tras esta masacre, Trival se unió un grupo de fieles seguidores con el alma tan negra como su líder...

A este grupo de Dioses de Alma Negra, se les conoció por todo Azeroth bajo el nombre de HORDA DE HIERRO. Temidos y odiados por el resto de razas, establecieron una cruenta y eterna lucha por todo Azeroth y contra todo Clan La Era de la Oscuridad había comenzado, y perduraría en Azeroth por toda la Eternidad.